“La reducción de costos en las empresas debe ser un proceso permanente”
Dentro de la dinámica de las organizaciones siempre se debe estar buscando formas de mejorar la rentabilidad de las empresas para así aumentar su productividad. En otras palabras, se pretende “hacer más con menos”, es decir, aumentar la producción con lo que se tiene, o producir lo mismo a menor costo, en ambos casos el objetivo es la reducción clave de los elementos en los procesos de la empresa, tanto a nivel operativo como administrativamente para así trabajar bajo la premisa de buscar la mejora continua en materia financiera.
Hay varias alternativas por las cuales las empresas se ven en la necesidad de reducir costos: disminución en las ventas, falta de flujo de efectivo, dificultad de acceso a crédito por endeudamiento, y hay muchas acciones que se pueden ejecutar para contrarrestar este tipo de panoramas, sin embargo, si no hay una estrategia definida, algunas decisiones si se toman de manera aislada son completamente ineficientes, entonces, ¿cómo se pueden reducir los costos de manera efectiva? A continuación, se presentan algunas recomendaciones:
Mediante la optimización de procesos:
Es importante saber cómo es tu proceso actual y rediseñarlo si es posible para eliminar pasos innecesarios, acortando así las líneas productivas involucradas. Los procesos de producción más largos significan por lo general más trabajadores, mayor esfuerzo en el proceso y más tiempo para el desarrollo del producto aumentando también las posibilidades de errores en el proceso. Para una reducción de costos de manera más efectiva, es necesario comprender cada proceso en detalle para detectar tareas sobredimensionadas y eliminar procesos y procedimientos que reducirán los costos a mediano y largo plazo.
Mediante la mejora continua maximizando la calidad:
Al desarrollar un producto o servicio, debemos crear valor. Sabemos que atraer clientes es más costoso que retenerlos, y las malas recomendaciones se duplican más rápido que los buenos comentarios. Por ello, es imperativo tener una cultura basada en la calidad constante, estar replanteando frecuentemente la pertinencia de nuestra oferta con las expectativas del mercado.